
Es evidente que la planificación es una parte esencial del proceso de enseñanza y aprendizaje, y como tal es la actividad que lleva a cabo el profesor previo a impartir su clase, en este sentido, las nuevas tecnologías no solo suponen una tarea más difícil, sino un reto completo, porque requieren no solo de contar físicamente con ellos, sino también la capacidad y comprensión de uso por parte del docente, así como el análisis para lograr un uso didáctico adecuado y una relación plena, justificada y positiva con los contenidos académicos que se establecen en los planes y programas que se manejan en las escuelas, pero lo más importante, se requiere de la percepción para identificar si efectivamente, el uso de los medios que implican las nuevas tecnologías son acordes a las necesidades educativas del grupo de alumnos con el que se pretende utilizarlas.
De manera concreta, se debe cambiar la visión que tiene una gran cantidad de docentes al respecto de la tecnología en el aula y comenzar a verla como un aliado para el aprendizaje, y no como una obligación que es parte de la evolución cultural o como un elemento que forzosamente se tiene que utilizar. Si bien la tecnología por sí sola no logrará desarrollar los aprendizajes esperados en los alumnos, estas nuevas herramientas si cumplirán funciones que harán que la enseñanza sea de mayor valor para ellos, pues se fortalecerá la relación de los alumnos con la tecnología, factor que es esencial desarrollar pues en la era digital es una competencia fundamental en prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana, además de que las nuevas tecnologías son justamente un factor motivacional y atractivo para el estudiante, lo que hace que el alumno ponga mayor interés en las temáticas trabajadas que impliquen el uso de estos recursos, y conjuntamente se contará con un abanico de recursos y posibilidades de investigación tanto para el docente como para los alumnos.
Por lo tanto, en el marco de la planificación el docente debe tener en cuenta alejarse de las ideas que hacen ver a la tecnología como un enemigo y no como aliado, para no cometer los errores comunes al utilizar herramientas tecnológicas, tales como que la tecnología por si sola es capaz de enseñar o que reemplaza el trabajo docente, el hecho de pensar en elementos multimedia para utilizar el tiempo de sobra o improvisar sin haber revisado y evaluado previamente los materiales disponibles; es decir, el docente debe tratar de dominar asertivamente los recursos, basado en la organización y planeación de la clase en función de los contenidos, las necesidades del grupo y las capacidades tecnológicas con las que la escuela cuenta, sin olvidar que el uso de la tecnología en la educación más que los últimos aparatos electrónicos o aplicaciones digitales, es la capacidad de saber utilizar los recursos disponibles para realizar la labor de la enseñanza.
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